Wednesday, February 12, 2014

Entrevista a Juan Bobillo.

Ha pasado un tiempo desde nuestro último encuentro, y cómo siempre es más del que a mí me gustaría, pero desafortunadamente hay cosas en la vida que tienen su propio ritmo y uno debe adecuarse a él, le guste o no. Hay algo que quiero dejar en claro, cada día que pasa me siento culpable por no poder subir cosas con mayor frecuencia, sobre todo teniendo en cuenta que tengo entrevistas por desgravar desde Mayo del año pasado, y no quiero que aquellos que tan generosamente me brindaron su tiempo para hacer una entrevista sientan que los hice perder el tiempo para nada. El material está, y a medida que pueda lo iré haciendo aparecer, de eso no hay duda. También está el hecho de que he pasado buena parte de los últimos seis meses tratando de conseguir algún editor que se preste a publicar todo este material en forma de libro, pero la falta de interés de su parte es un enorme desmoralizante a la hora de seguir adelante. Pero en fin, con las disculpas hechas hoy no es día para amargarse, es más, es un día (o noche) de enorme alegría, porque la entrevista que hoy les traigo es muy especial y tiene un enorme valor sentimental para este humilde escriba, así que sin más, procedemos.


Datos personales.
Nombre y apellido: Juan Tomas Bobillo.
Lugar de nacimiento: Buenos Aires, Argentina.
Fecha de nacimiento: 27 de septiembre de 1975
Base de operaciones: Palermo, Buenos Aires.
Primer trabajo publicado: En el secundario, en “BOLA” la revista escolar, hacia las tapas y alguna otra cosa.

De nuevo, en el marco de la edición 2013 de Montevideo Comics me pude sacar las ganas de entrevistar a dos autores que admiro mucho. Uno desde hace relativamente poco, ya que solo me hice consciente de su trabajo a partir de mi retorno al río de la plata en 2010. Al otro ya lo vengo siguiendo desde finales de los ’90, cuando mi derrotero por el mundo del comic me puso frente a su trabajo. No me acuerdo qué fue exactamente lo primero que vi de él que me llamo la atención, pero creo que debe haber estado relacionado con los libros de cuentos que venia publicando la revista GENIOS por aquel entonces, todos clásicos de la literatura ilustrados por dibujantes argentinos. La colección era larga, así que lo que hacíamos con un amigo era seleccionar los volúmenes que nos íbamos a comprar basándonos en el dibujante que lo ilustraba y no en una versión mega comprimida y destilada de un libro con el que mayormente ya éramos familiares. Yo seguía a dos dibujantes en particular, compraba todos los libros que fueran ilustrados por Ariel Olivetti y los que fueran de Juan Bobillo (de los cuales hizo 10), y ocasionalmente algún que otro descolgado por ahí (¿como decirle que no a la historia de Jeckyll y Hide dibujada por Alberto Pez?).

Tapa del tomo recopilatorio.
Luego volvería a cruzarme con el nombre de Bobillo al leer historieta americana de super héroes, cuando Juan hacia sus primeros pasos en Marvel (creo), y más adelante, con el advenimiento de la editorial argentina Ivrea y la publicación de la revista Ultra en 1999 haría su aparición y quedaría marcada a fuego en mis retinas la figura de su personaje “Anita, la hija del verdugo”. Pero sin duda sus trabajos más identificables para las masas son aquellos que hizo para el exterior, tanto para EE.UU o Francia. Juan ha dejado su huella en títulos como X-Men, Fantastic Four, Spider-Man y varias novelas gráficas realizadas para Europa junto a guionistas como Carlos Trillo.

Es difícil sentarse a hacer algo y no ponerse a pensar (a veces sin querer, a veces intencionalmente) ¿Que haría tal persona en esta situación? Sobre  todo cuando esa “tal persona” resulta ser alguien decididamente mejor que nosotros a la hora de hacer lo mismo que intentamos hacer nosotros. Hay veces en las que uno puede acercarse a esa persona y preguntarle directamente, ya sea porque son amigos, maestro/alumno o tan solo porque momentáneamente ambas partes comparten una misma situación geográfica. Pero en el caso de un artista (o aspirante a tal) ese tipo de dialogo se lleva a cabo vicariamente a través de algún libro, una revista, un tutorial o por qué no, mediante una entrevista.

Muchas veces se produjo entre nosotros ese intercambio unilateral de consejos y enseñanzas cuando atorado en algún vericueto historietistico no encontraba alguna salida y me preguntaba ¿Que haría Bobillo en esta situación? Razón que me llevaba a revisar y analizar sus trazos, sus movimientos, sus plantados de página (layouts, ¿se acuerdan?) y algún que otro recurso anatómico. Así es estimado Juan, fueron varias las veces que nos sentamos juntos y sin que vos lo supieras me enseñabas un montón de cosas sobre las que yo no tenía ni idea, y no fue hasta que te conocí en la convención que pude agradecerte por todas esas lecciones en persona.

Pero dejemos de lado los sentimentalismos y aboquémonos a la tarea en sí, repasemos lo que ocurrió aquella tarde, cuando sentados en unos escalones que sin saberlo servirían para entrevistar luego a más gente Juan (con un sándwich de salame y queso) mi grabadora y yo nos sentamos en el piso y nos pusimos a conversar. Con ustedes la charla.

¿Cómo dirías que el comic entró en tu vida?
Entro primero por mi hermano mayor. Yo te voy a confesar algo, debo haber comprado tres comics en toda mi vida, y ya de bastante grande [risas], así que no tenia esa afición. Pero mi hermano era el que compraba todo, las revistas, las películas, el estudiaba cine (hoy es guionista), dibujaba mucho y muy bien y por eso es en parte también que hoy dibujo. Todo gracias a mi hermano Gabriel.

¿El es quien mas tarde colabora con vos en Anita?
Si, el hizo el guion. También estamos haciendo otro libro juntos, pero era el quien traía la FIERRO a casa, y yo creo que ahí fue donde empecé a poner atención. Después ya vino Ariel [Olivetti], y cuando fui a estudiar con el me di cuenta que tenia una profesión, que se podía vivir de esto. Eso sin dudas marco un antes y un después.

Comiqueando #21-Mayo 1996
¿Y empezaste a trabajar con el de ayudante?
Exacto, pero a través de el obtenía contactos. Eso era lo mas importante e increíble a la vez, al ir laburando con el me pude ir relacionando con gente del medio, y gracias a eso pude llegar a hacer mi primer portada fuera del circuito escolar. Ahí logro hacer una portada para la revista Comiqueando…un espanto! [risas]

Estamos hablando de la época en que la Comiqueando era una revista polenta, de buena tirada y de exposición en kioskos, no era joda.
Si claro, en aquel momento era muy bueno ser publicado en esa revista.

¿Cuando te diste cuenta que querías volcarte a hacer historietas?
A mi siempre me gusto dibujar, todavía hoy, hay veces que dando vueltas por ahí me da sorpresa que haya podido hacerme una carrera, que me gane la vida haciendo esto. Y la verdad es que siempre me gusto contar historias, y para mi la ilustración y la historieta son eso, medios para contar una historia. Que se yo, para mi era lo mismo antes que ahora, mientras este dibujado soy feliz.

¿Que se dio primero, tu contacto con Ariel (y gracias a ello tus primeros trabajos) o tus ganas de hacerlo y de dedicarte a esto?
En la vida todos tenemos maestros, esa gente que te aviva, yo siempre uso ese termino refiriéndome a Ariel porque para mi el fue ese personaje que me despertó. Yo tenia una idea de la vida muy chota, o sea, no me entraba en la cabeza que podía dedicarme a algo que me gustara. Mi vieja es abogada, mi viejo es economista, entonces no se me cruzaba por la cabeza algo así. Encima no teníamos ningún artista en la familia, salvo mi hermano Gabriel, que ya estudiaba cine, y el si estaba convencido de que se iba a dedicar a hacer lo que le gustara. Entonces ya al escucharlo a Ariel fue que tuve la idea. Además Ariel siempre tuvo algo muy particular y que a mi me llamo mucho la atención en aquel momento, y era que el siempre se tomaba todo su trabajo de manera muy profesional, y yo nunca había conocido a alguien así. Ariel era muy joven, tendría 25 o 26 años, pero el tipo tenia como una aproximación al arte muy profesional.

¿Todo esto pre o post CAZADOR?
No, post. Yo fui a lo que era la escuela de lo que era cazador, había leído algunos números, pero no era algo que me llamara particularmente la atención, pero los dibujos estaban buenísimos. Un amigo de mi hermano me había comentado que Ariel también trabajaba para afuera y eso como que te llama, o sea, mas allá del contacto uno quiere escuchar a alguien que lo haya logrado, porque eso te llena. En esa época (y hoy día, aunque ahora un poco menos) en los circuitos de convenciones la gente se vivía quejando de que con esto no se podía vivir, que no se podía hacer nada y que se yo, pero el discurso de Ariel era completamente diferente, o sea que si se puede, para mi era la primera vez que conocía a un artista que no era un hippie pelilargo. El hacia lo que tenía que hacer, se levantaba a una cierta hora y le metía una cierta cantidad de horas de laburo al día, de hecho, la primera vez que tuve que salir del país por laburo fue gracias a Ariel, yo me fui con el a EE.UU como traductor, y ahí ya estaba enchufado en el canal correcto y ya estaba decidido a que todo me iba a dar igual y me iba a dedicar a esto.
Tapa del disco VERSUS del grupo IKV - 1997.

Como que te puso un objetivo.
Correcto, es eso, no tenia un objetivo, con eso me refiero a como Ariel me despertó, me hizo ver que era posible en vez de decirme ‘tirate a dormir todo el día’.

¿Cual es el género con el que a vos más te gusta trabajar? Vos tenés trabajos de ciencia ficción, eróticos, de humor, de fantasía heroica y sin duda con el que mas se te asocia es con tu trabajo con los super héroes dentro de Marvel. De hecho uno de los trabajos con el que la gente te ubica mas fácilmente creo que es por tu paso por SHE-HULK, ¿no?
A mi lo que me interesa es (como te decía antes) contar historias. Hice varias páginas de comic porno con Barreiro para la Europa y la Kiss Comix, y la verdad que lo disfrute a full. Son unas paginas que acá no se han visto mucho (un día las voy a recopilar) y que están alucinantes, porque como yo recién arrancaba les ponía toda la garra del mundo. Estaba muy dedicado a demostrar que podía dibujar, así que les ponía mucho trabajo encima para que el que las viera flasheara. Porque son porno en realidad, pero también eran de ciencia ficción, Sex Fiction se llamaban. Pero así como dibuje porno también hice mucha historieta infantil con Trillo, y la colección de genios de la que hablabas.

Claro, yo me acuerdo que el primer trabajo tuyo que vi con Trillo fue SICK-BIRD, y la verdad que esta impresionante. Además ahí vos ya tenés tu propia personalidad a la hora de dibujar y tu propia forma de acercarte a diferentes sujetos. Si bien son diferentes estilos los que usaste en los libros de genios, estos son diferentes a tu trabajo de super héroes, que a la vez es distinto a tu trabajo en Anita, que a su vez difiere del estilo de Sick-Bird. Pero así y todo, todos tus trabajos tienen tu sello, tu impronta.
No se si es un defecto o una virtud, pero es algo que me hizo dejar She-Hulk, ponele, o cualquier otro proyecto, que se yo. Lo que pasa es que en muchos casos los historietistas, la gente que anda por acá por ejemplo, a veces encuentran su voz propia, “su estilo” y le dan por ahí. Entonces pueden pasar 20 años y vos seguís reconociendo su trabajo. Eso no está mal, vos ves un Alcatena o un Mignola y lo sacás al toque, pero yo tiendo a cansarme un poco, aburrirme con eso. Yo tomo a la historieta como una obra particular, entonces me resulta inconcebible retomar un estilo que usé para contar una historia y aplicarlo a otra. Cada vez que me imagino una historia nueva tiene un estilo propio para ella. Por eso es un poco desgastante la historieta, por lo repetitivo, lo serializado, o sea, hacés el primer panel de una manera y tenés que ser consecuente a veces por ciento de páginas, y eso a mí me mata, por lo general cuando termino con algo quiero cambiar, así que si vengo de hacer algo infantil quiero hacer algo diferente, ahí es donde yo junto esa energía para poder hacer muchas páginas. Que a veces no es bueno para la historieta, porque te conviene, encontraste algo y le das por ahí. Yo nunca encontré nada.

¿Sick-Bird lo hiciste con acuarelas?
No, es acrílico aguado.

¿Has trabajado solo alguna vez, haciendo todo vos solo?
Si, en los últimos años me pasó algo muy hermoso, hace ya 5 o 6 años de esto. Yo siempre trabajo con gente mi querida; mi hermano (que es un grosso) o Marcelo Sosa que solía entintarme, en aquel momento tenía mi primer estudio, un lugar que compartía con Ariel y Sosa y con Pier Brito. Después nos quedamos solo Ariel, Sosa y yo, y eso te cambia la energía, la forma de laburar, y ya después cada uno quedo con su propio lugar, y a mí ya me habían dado ganas de probarme como guionista, ya los venía jodiendo mucho a los guionistas. Con Trillo y con mi hermano me agarraba a los tiros por nada, soy un tipo al que le gusta mucho contar, y había veces en que terminaba estorbando. Entonces, una de las metas que tenía que cumplir era esa, la de hacer mi propia historieta, pero toda. Hice una que se llama “Coca, Ramón y Fernet”, que es una tira, algo que también me parece una buena forma de encarar algo con lo cual iba a tener forma de ir mejorando, y ya te digo hace unos cuantos años que la vengo haciendo, por ahí no es tanto tiempo, pero ya tengo más de 300 tiras o algo así y ya estoy por sacar el segundo libro.


Y eso es todo tuyo.
Todo, todo. Desde el guión hasta la tinta y el color. Lo hago a lápiz y después le doy en la computadora. Y está bueno, porque me completó un montón, así me siento autor ahora. No sé si es verdad, pero lo siento así.

¿Qué preferirías, o qué te gusta más, trabajar en un entorno de equipo o solo?
Una cosa no debería quitar la otra, pero si me das a elegir creo que en equipo. Porque ahí vos también podés aportar tu toque de autor y agregar ideas y que se yo, pero cuando estas solo todo lo bueno de laburar en equipo ya no lo tenés. Y el mundo ya cambió tanto que, o sea, antes era algo más cara a cara, el guionista estaba, el dibujante se veía con el entintador y tal. Hoy día es todo por mail, mail y Skype, que si bien es como tenerlos cerca no es lo mismo que tenerlos al lado. Yo tengo el recuerdo muy patente de cuando trabajábamos en el mismo lugar, el mirar al lado a ver lo que estaba haciendo el otro, eso te abre un montón la cabeza, ver qué tipo de soluciones encuentra otro a un problema particular con el que estás lidiando vos. Es espectacular.

Ok, te acaba de llegar el guion para un proyecto. Describime un poco cuál es tu proceso.
Soy bastante ordenado en ese sentido. Bueno, recibo el guion ¿no?, lo leo todo primero y después empiezo sobre el mismo guion a hacer como pequeños panelitos, o cuadraditos al costado de la descripción. Cuando tengo todos esos paneles, trato de que sean de toda la historieta, vuelvo a lo que te decía de lo que es común para un historietista, que primero hace una página, después salta a otra, vuelve al principio y así, a mí me cuesta mucho eso. Yo hago los bocetos de todo, así sean 1000 páginas. Trato de ver todo lo más lejos que pueda.

¿Entonces haces thumbnails y layouts para toda la historieta y ahí te aseguras que la historia fluya, que funciona y qué no?
Exacto, donde voy a usar un recurso y donde no, por ejemplo si quiero usar un cierto punto de vista no ponerlo en todos lados, sino usarlo más estratégicamente, para no repetirse. Para decirte algo, no sé; sabés que va a haber una explosión gráfica en la página 10, trato de ir preparando para que cuando eso explote esté todo armadito. Y bueno, una vez que tengo todos esos paneles trato de tomar todas esas piecitas y combinarlas dentro de la caja de la página. Una vez que tengo el boceto hago lo que se llama “el plantado”, donde agarro una herramienta, como puede ser un lápiz celeste, algo que no compita con la tinta (si es con tinta la cosa), donde yo puedo mamarrachear bien, plantar las figuras bien, ahí comienzo a tener más conciencia del texto y el lugar que le tengo que dejar para que quede bien, y la verdad que cuando llegué a éste punto es como que el tren arrancó. No te voy a decir que es la parte más aburrida, pero una vez que ya hice los bocetos ya la vi toda en mi cabeza, así que después es cosa de bajarla al papel.

Muestra de su trabajo en la página 9 de Astonishing X-Men #40

En algunas de las páginas que se exhibieron se podía ver claramente eso de tu juego con las formas y los volúmenes en azul. Luego repasado con negro, como diciendo ´esto es lo que queda´. He incluso en la página entintada que está colgada al lado también se aprecian cambios: hay paneles rotados, tamaños cambiados, fondos agregados. En ese caso, con solo dos páginas queda como muy clara tu manera de trabajar.
Si, bueno, la verdad que no le presté mucha atención a las páginas que traje, pero esa es una de los Cuatro Fantásticos. Eso fue hecho así: yo hice el lápiz, lo escanee y se lo mandé al entintador, eso está entintado por Marcelo [Sosa] y entonces, en el pasaje de mandárselo a él yo voy retocando cosas en la compu, que se yo, giro cabezas, por ahí agrando un cuadro o achico otro, y él lo imprimía y lo entintaba. La verdad a mí nunca me gustó como quedaba ese resultado, lo hicimos dos o tres veces y no me gustaba, porque primero, no podía retocar la tinta, algo que siempre hice, no porque Marcelo se equivocara, para nada, Marce es un gran artista, pero como que no tenía muy en claro el guion. Trabajamos durante mucho tiempo en una base en la que yo le pasaba las páginas y él no tenía idea de lo que pasaba, entonces a veces la intención con la que se entintan algunas cosas, alguna expresión sobre todo, a mí siempre me gustaba reforzar con un marcador negro alguna mirada o algún gestito, algo. Y en esas páginas no tenía chance para el manipuleo. Pero bueno, una vez que tenés el plantado hecho ya está todo dicho, tenés que hacer que quede todo lo más lindo posible, pero no va a cambiar mucho.

¿Sos de mantenerte en contacto con la gente con la que estás trabajando, sea con el guionista, o el colorista u otro?
Creo que debo ser el rompe bolas número uno de todos [se ríe], pero hagamos una salvedad. Hay veces en las que laburando para afuera el color te lo hace otro, pero yo he logrado que en algunos casos me lo dejen a mí, incluso ayude a colorear Anita, y cuando pasó eso lo traté a mi colorista de acá igual a como trato a los de allá, quiero decir, no les decía nada, ese es tu tema, arreglatela con ellos, porque lo que sucede con el color es lo siguiente: los tipos tienen que tener un control grosso sobre el color, por eso yo nunca me metí en eso, ya no hay tanto margen para lo artístico, en el color se definen los trajes de los personajes y eso. Yo soy malísimo para eso, tuve muchos problemas con eso por no conocer la mitología de los personajes, entonces capaz que te hago un Batman rojo, y es muy importante saber todo eso porque te vuelve loco, en una de esas te aparecen 40 personajes, y si no los tenés un poco vistos te queda cualquier cosa. Y también, cuando laburo para afuera y colorea otro, te digo la verdad, creo que el 90% de las veces no me gustó el color, pero como ni el guion ni los personajes son míos, medio que no me importa. Yo estoy laburando, y trato de ponerle toda la onda, y sé que llega esa onda, pero creo que el color es lo más mecánico que hacen, tienen como a 20 pibes ahí adentro pintando todo el tiempo. Y hay algo que va medio en contra de todo, el colorista es el último en manosear la cosa, y para ellos todo es una bomba, por ejemplo: si vos ponés muchas luces, las van a poner a todas prendidas como si fueran de 500.000W, ¿entendés? Porque el efecto que hace la compu con la luz es muy llamativo, entonces vos tenés una escena donde hay alguien, sentado, medio melancólico, triste, pero si le pusiste dos lámparas van a ser dos faroles enormes.

Collage del proceso de una página de Anita: la hija del verdugo.

¿Sos de dejar alguna notita en el caso de que tengas algo muy específico en mente?
No, nunca. Trato de evitar eso lo más posible, ya te digo, cuando hacíamos Anita ponele, o Sick-Bird te vuelvo loco, pero porque es algo mío, y quiero que las cosas queden como están en mi cabeza. Y no es que no confíe en esa gente, pero al tenerlos a mano es diferente.

¿Sos de cambiar cosas?
Alguna que otra vez. Con los otros tipos, tanto con Marvel como con DC siempre me sorprendieron para bien. Por ejemplo, me mandaban historias y yo me las re deliraba y cambiaba cosas grossas, jamás me dijeron nada, es más, me alentaban a cambiar más. De pronto les mandaba algo pensando –Uy, me lo van a tirar por la cabeza. Y no, se re copaban, yo siempre tenía ese temor de haber cambiado o retocado algo demasiado y los tipos todo lo contrario, vos dale para adelante, que no hay problema. Y creo que acá es algo que falta, por lo menos en Argentina, no sé cómo es en Uruguay, pero los editores yankies te hacen sentir un campeón. Allá es como que el tipo quiere que vos estés contento y entusiasmado, entonces si el ve que vos te apropiaste de algo, que lo cambiaste y que ayuda a la historia, no te va aponer palos en la rueda y a meterse a decirte que lo cambies. Si ve que le pusiste onda o energía te alienta, y eso para mí fue una sorpresa, yo venía acostumbrado a que te digan –no, yo te pedí otra cosa- o ese tipo de pelotudeces.

¿Trabajas en silencio o escuchas música, o la radio, la tele, yo que sé?
Que buena pregunta. Mirá la verdad que con la llegada de internet voy cambiando muchas cosas. Siempre trabajo con música, pero yo empecé a descubrir el surfear en la net hace apenas un par de años, yo antes mandaba un par de mails y nada más, no le daba nada de bola…hasta que le agarré el gustito [risas]. Ahora busco cosas largas, entrevistas largas, me bajo cosas largas que haya en internet, un documental largo, trato de armarme mi propia radio, porque a mí lo que me mata de la radio cuando la escucho mucho tiempo son las propagandas, te pasan las mismas cosas 30 veces y me liman la cabeza.

Página 13 de Astonishing X-Men #42.

Sí, a mí me pasa lo mismo [risas].
Claro, pasas dibujando tanto tiempo que te queman la cabeza, entonces con internet por ahí me la paso dos horas buscando algo que quede funcionando mientras dibujo. Pero lo que me pasa también con eso es que por ahí se corta, no como la radio, y yo no me doy cuenta, y por ahí pasé 5 horas en silencio, dibujando. Pero si, creo que a todos los que hacemos este tipo de cosas nos es muy útil tener este tipo de cosas, lo que sería tener la conciencia en otro lado, que el cerebro esté atento a otra cosa, porque no hay mucho más para hacer. Distinto es cuando hago los bocetos, como te decía antes, ahí trabajo en total silencio, porque ahí si tengo que estar concentrado en lo que está pasando en mi cabeza, no me puedo concentrar en lo que pasa en otro lado, no puedo estar escuchando otra música, en ese momento estoy oyendo mi propia música. Después, cuando llega la hora de ponerle todas las ventanitas a los edificios, que se yo, ahí me viene bárbaro que me saquen el cerebro, y si puedo estar escuchando algo, lo que sea, mejor.

¿Qué escuchás?
Eeeeehh..a ver…música clásica, eso me gusta mucho, yo toco el violín, no soy músico pero me gusta. Entonces sí, escucho mucha música, pero me interesa más la gente hablando, me parece que eso es lo que más me cabe. De hecho, antes de internet y todo el boom de los medios y eso, era muy común que yo estuviera dibujando con algún borracho en el sofá, algún que había dejado a la novia, como que era muy común que alguno pasara y me tocara el timbre y adentro, y todos tomando y yo haciendo mis dibujos.


No me acuerdo donde lo leí, pero por ahí había uno que al dibujar ponía de fondo algún DVD pero con el comentario, así no tenía que mirar y tenía algo para escuchar durante unas horas.
Yo supongo que lo que buscamos es encontrar algo que nos lleve a viajar a otro lado.

¿Sos de trabarte, de chocarte contra alguna pared y no poder avanzar?
Lo más parecido que me puede pasar a trabarse es que a veces me rindo y digo –che, quedó como el orto- pero sigo adelante. Lo he escuchado de otros artistas, todavía no me pasó, pero seguro que me va a pasar. Yo tengo muy buena relación con lo que hago, o sea, estos días me moví por ahí y anduve dibujando lugares y cosas. A mí me gusta mucho dibujar y lo hago todo el tiempo.

¿Sos de tener cuadernos de bocetos con los que andes encima?
Si, alguno tengo por ahí, en todos los viajes, de todas las convenciones siempre dibujo algo, quiero decir, que si bien me cuesta sentarme a dibujar, una vez que estoy ahí, dandolé, cero problema. Pero si se de varios artistas que han tenido ese problema y que han llegado al punto de no querer saber más nada con el dibujo. Ahí es donde vuelvo a lo que te decía antes, algo con lo que me protejo para seguir adelante, eso de ir cambiando todo el tiempo. O sea, en una semana puede que transite un sendero que pocos dibujantes hagan, de pronto estoy dibujando una tira, al lado de una porno, y una de superhéroes. A veces tengo las tres cosas a la vez sobre el tablero, y son tres temáticas totalmente distintas, con públicos distintos, pero eso a mí me ayuda, porque cuando algo me satura un poco puedo saltar a otra y así descomprimir un poco. Últimamente me estoy volviendo medio psicótico con eso, me está costando mucho ser ordenado [risas], antes era más fácil para mí hacer 1, 2, 3, 4 y así. Ahora casi todos los laburos son, 1, 8, 6, 5, 3. Últimamente mirá lo que hago; pongo todas las hojas en la mesa, si son 24 las pongo a las 24 y le voy dando a todo, pah-pah-pah, y si me aburro con algo voy a otra cosa, es diferente, creo que tiene algo que ver con la ansiedad pero así voy haciendo las cosas ahora.

Yo te entiendo, yo trabajo más o menos de la misma manera, yo hago todo el layout más o menos en orden y cuando tengo todo diagramado puedo arrancar a dibujar por donde yo quiera. Si me aburre la página 1 puedo saltar a la 20, y así voy, saltando por todos lados, pero una vez que ya terminé todo el laburo fino me tomo un rato y me siento a chequear la continuidad.
Exacto, exacto, muy bien, eso que decís es verdad. Porque sobre el final tenés que hacer como que la caminás toda, yo no la entregaría nunca sin haber hecho un repaso ordenado, porque como vos decís, se nota mucho. Uno está leyendo una historieta y te das cuenta cuando alguien hizo algo en la misma semana o dos años después, viste que salta eso. Pero me está funcionando con esto de la historieta, que son varias páginas lo de atacarlas todas al mismo tiempo.


¿Guardás los originales?
Sí, tengo de todo. Hubo un tiempo en que tiraba las cosas o regalaba de todo. Venía alguno y le decía -agarra lo que quieras- Hoy regalo menos, pero está el tema de amontonar, pasa que con la historieta son hojas finitas, y aunque no ocupen mucho espacio con el tiempo se echan a perder, así que cuando regalo alguna es porque tengo la esperanza de el que lo tenga lo proteja más que yo.

¿Qué papel te gusta usar para dibujar?
Soy un desastre, uso cualquier cosa, si tengo al lado papel higiénico lo agarro [risas]. Soy muy poco exquisito con las herramientas, debería ponerme las pilas, pero soy muy malo con eso.

¿Y qué herramientas usas, lápiz mecánico, portaminas, lápiz de madera, etc?
Todo, depende para qué cosa, pero si, mirá, mecánico, de minas. Me gusta más el lápiz de grafito, el de madera, que si bien me hincha las pelotas, mucho lo de andar sacándoles punta con el de mina me pasa mucho que se rompe mucho la punta, ¡y de a ratos me dan ganas de clavármelo en el cerebro! [risas].

¿Sos de comprar a medida que vas usando o compras en cantidades para tener?
Ahí es donde no me vuelvo tan dependiente de las herramientas, porque en Argentina te puede pasar que por ahí tenés dos o tres años donde encontrás algo y después no lo ves más por diez años. Ahora mismo me pasa que hace no sé cuánto que estoy buscando no sé qué pelotudez que no la puedo encontrar, pero que de encontrarla me cambiaría todo el dibujo, creo que es una mina más gruesa, que qué se yo, ahora no me acuerdo. Y ahí se nota cómo el mundo cambió también, vos antes tenías un lugar al que ibas y el tipo tenía las cosas, se preocupaba, como que te cuidaba, porque él sabía que tenía que tener ese material para vos. Ahora ya no les rinde andar trayéndote cosas solo para vos, y es todo un tema. Mirá vos lo que tengo que hacer, me compro las cajitas de lápices de colores enteras y le saco los lápices celestes, después ando por ahí, regalándole a los nenes que venden flores y eso las cajas [risas], les digo –mirá que le falta uno- y ellos deben quedar pensando “me falta un color”, y sí, claro, el celeste se lo saco, pero eso es lo que me pasa, no encuentro buenas herramientas, y con el celeste estoy jodido. Ahora, cuando encuentro alguna librería que tiene lo que busco, la saqueo, me llevo todo, y es algo que me ha pasado varias veces.

¿Con que tipo de computadora trabajás?
Empecé con PC allá cuando trabajaba con Ariel, pero después cambié y ya me quedé con una Mac, y la verdad que muy bien.

¿Scanner?
Un scanner chico, normal. Yo no me complico mucho con nada, de hecho no tengo ni celular, no tengo Facebook. Una vez me salió un laburo de apuro y ahí me compré una Wacom, una de esas tabletas con lápiz que son chicas, una intuos3. Está bárbaro, pero la verdad que no me llama, o sea está buenísimo, pero no me dá, nunca me atrae, jamás me pintó hacer un dibujo ahí, nunca, ni uno ¿me entendés?


Página a lápiz de Anita.
Se pierde el encanto de usar el lápiz, la goma, borrar, entintar, ensuciarse las manos.
No sé si es tanto eso, porque por práctico es mucho más práctico, pero no me gusta cómo queda lo otro. No me gusta, en una de esas no le encontré la vuelta. Veo otros artistas que le agarraron la mano y hacen cosas que te cuesta reconocer si están hechas a mano o en digital, pero te digo la verdad también, lo que me pasa cuando veo esas obras y viste que en estas convenciones ves mucho de eso, porque casi todos los pibes ahora arrancan con eso, entonces te muestran algo que parece hecho con oleo pero en realidad está hecho con la compu. A mí como que eso me aleja, no me dan más ganas de hacer eso, yo soy un tipo al que le gusta aprender, de verdad creo que eso es lo que me va a salvar de caer en la lona con el laburo, con las minas, con todo, a veces algunos laburos no los liquido porque siento que no estoy aprendiendo nada.

¿Sos casado?
No, estoy de novio.

¿Y cómo la llevan? ¿Te consume mucho tiempo de noviazgo éste trabajo?
Hace ocho años que estamos, y mi novia es medio extraterrestre [risas], ella tiene mil cosas buenas, pero pasó algo re grosso con nosotros, con esto de vivir a una cuadra del estudio. A mí también me preocupaba cómo era todo el tema ese de la convivencia, porque yo me la paso dibujando, y cómo dibujo de noche me la paso así toda la noche. A ver…yo considero que trabajar trabajo todo el día, pero lo que es dibujar, siento que si me das una noche hago lo que sea, en una noche puedo hacer lo que sea. Además es un momento en el que nadie llama, está todo más calmado, hay menos ruido y todo eso y siempre decía -¿cómo voy a hacer con eso?- pero resulta que mi novia tiene muchos problemas para dormir, y yo ronco mucho (aparentemente), entonces al principio tuvimos muchos problemas con eso. Hoy día es una anécdota, pero algo así te puede cagar la vida, entonces llegamos al punto donde estoy en mi casa, termino de cenar y digo “chau”, total estoy a una cuadra. Y así estoy hasta las seis de la mañana, entonces vuelvo y está todo bien. Se puede decir que estoy viviendo un momento dorado con eso, no hay dramas y si por cualquier cosa me quiere ver o me precisa estoy ahí solo a una cuadra. Pero me sirve porque puedo lograr tener mi propio mundo privado, algo que para mí es muy importante, y lo vi tantas veces en otros artistas, hay otra persona y como que se pierden, porque es complicado estar todo el día ahí en tu espacio de trabajo y tener que lidiar con todo lo de la casa al mismo tiempo.

Están aquellos que prefieren trabajar en la casa porque de otra forma no verían nunca a la familia, pero ese es un caso más particular de aquellos que tienen hijos. Yo conozco casos de padres artistas que por ahí paran un rato de trabajar para jugar son sus hijos/as porque los vienen a buscar, y esos mismos también suelen trabajar a la noche.
Si claro, es una opción, más bien una elección que uno hace. En un momento determinado se dio justo el hecho que estábamos buscando un lugar para vivir y pintó un lugar justo a una cuadra del estudio, y ahí me re sirvió. Pero yo la pasé esa de trabajar en casa también y lo que vos decís es verdad, también me pasó que al tener estudio afuera llegó un momento en que me jodía tener que salir de casa y cruzarme la ciudad para ir a laburar, la ciudad cada vez se puso más difícil de circular y eso me hacía perder mucho tiempo. Ahí fue cuando dije –ma´si, yo me quedo a dibujar en mi casa- y estuvo bueno un rato, pero solo un rato, porque sin hijos y todo son las ocho de la noche, y recién te levantas y te ponés a dibujar, así nomás, en calzones, pero eso también te influye, al estar en calzones tenés otra mentalidad, y de pronto, corte que está bueno mentalizarte que tenés que salir para laburar. Parece una boludez, pero el hecho de tener que vestirte te cambia la cabeza, vas con otra mentalidad al papel, ahora vas a trabajar, y en calzones no se trabaja [risas].

¿Cómo ves el tema de la piratería por internet? Quiero decir, por estos lares todos estamos acostumbrados a que internet provee, ya sean películas, música, libros e historietas, y bueno, dado el alto perfil de los títulos en los que trabajas (sobre todo afuera) son cosas que se consiguen el mismo día que salen a la venta. ¿Tenés alguna opinión formada al respecto? ¿Te dá igual, pensás que sirve para difundir las cosas?
No te voy a mentir, la verdad que nunca le di mucha bola. Supongo que si fuera algo que me afectara directamente me recontra jodería y opinaría diferente a lo que te voy a decir, pero a mí me agarra una cosa medio –Bueno, que se jodan todos-. La cosa es así, llegó internet, con todo lo bueno, eso de que en Facebook mostrás tu laburo y decís cuantas minas te levantás y podés mandar tu laburo por mail o lo que sea, y bueno…con algo malo iba a venir. Y es muy difícil decirle a la gente –esto no te lo bajés-, pero los pibes se bajan las cosas porque los que tienen cosas que perder son los mismos que les dan las herramientas para se bajen las cosas. A mí me encantaría que todo el mundo proteja su material, pero mientras sigan desarrollando programas, vendiendo computadoras, mejorando el ancho de banda y en el caso de las editoriales dejando sus comics prontos para la venta digital la mano viene así. No creo que sea una trampa, es así, y hoy es parte del juego.

Diseños para estatuas y bustos con personajes de Marvel.

¿Vos usás internet?
Sí, sí, claro, tengo un blog, y si, la uso a morir.

¿Pero descargás cosas?
Si, viste como es, subo cosas al blog por lo menos una vez a la semana, o cuando puedo, pero así como subo algo también bajo. Pero cómo estoy haciendo esta tira de la que te hablaba antes todas las semanas subo algo.

¿Qué es lo más te cuesta o lo que menos te gusta de tu trabajo?
Umm…a ver…lo que menos me gusta…cobrar.

¿Eh?
[risas], bueno, cobrar, lo de agarrar la guita y gastarla me gusta, pero lo que me mata es todo lo que rodea el hecho de cobrar en sí. En Argentina no hay una personaduría jurídica para lo que uno hace, uno trabaja con unos personajes que no están catalogados y se complica a la hora de declararlo, cuando tengo que llenar el casillero que dice “profesión” tengo que poner dibujante o algo que le suene al tipo medio estrambótico. Soy malísimo para eso, de hecho si alguien me dijera –te traigo la plata al estudio sin problemas pero ganás la mitad- de pronto hasta le digo que sí [risas], y es que uno solo se tiene que encargar de todo, de los impuestos de todo el tema contable, y hay que estar pendiente de eso. Ahora estoy haciendo algo para Marvel y algo para Francia, y una vez que recibís los cheques tenés que estar pendiente de un montón de cosas, porque a la hora de pagarte las leyes son diferentes y todo eso a mí me desgasta porque no te la tranquilidad de decir –bueno, estoy tranquilo en casa, dibujando y lo que me pagan lo voy a cobrar sin problemas-, hay un enanito adentro mío que de pronto piensa -¿Y si todo esto es para nada?- y más de una vez me ha pasado no cobrar nada. La verdad es que como otros tantos dibujantes hay veces que cuando me encargan algo (no todo, ciertas cosas en particular) primero que nada arranco de una a dibujarlo, eso es lo mío, después veo si  el esfuerzo me amerita ir a cobrarlo. Pero es difícil, cobrar implica hacer llamadas, seguir gente, tener problemas.

¿Sos de “pelear” el pago? ¿Vos ya ponés un precio o esperas que te tiren la oferta y a partir de ahí negocias?
Me pasó varias veces, pero mirá, si a mí me gusta un laburo igual te lo hago gratis, de hecho hago muchas, muchas, pero muchas [risas] cosas gratis, pero no tengo ningún problema con eso, no lo veo como algo malo ni mucho menos. También se da el caso donde los laburos más interesantes se dan para gente que no tiene plata, y la verdad es que con lo que gano en Marvel estoy más que contento. Lo que sí me ha pasado es tener que aclararle a alguno que lo que paga es muy poco y entonces le propongo hacerlo gratis, pero con una salvedad; si lo hago gratis yo tengo las riendas del asunto, porque si cobrando le voy a dar la autoridad como para que me ande corrigiendo o algo, entonces no. Ya he tenido varios problemas con gente, estúpidos lisa y llanamente, que vienen y te pagan dos pesos y después te empiezan “No me gusta, cámbiame esto” “Hacémelo de nuevo”, y eso no va. Si te lo hago gratis créemelo que lo hago con onda y no porque te quiera pasar por arriba, pero es algo que sucede. Y eso también es algo que marca un contraste entre un editor profesional y uno que no lo es, el profesional o sabe o entiende todo lo que hay detrás de hacer un dibujo, el tiempo que se invierte y todo lo que uno pone de sí mismo en tal o cual proyecto. El amateur no sabe un choto y no le importa, él cree que es re fácil hacer un dibujito, y que al pagarte dos mangos es él el que está haciendo un favor a vos.

¿Sos de buscar referencia?
Sí, la documentación es muy importante, pero no soy de copiar una foto. Muchas veces me toca dibujar un lugar o algo que no conozco y ahí me pongo a buscar de todo, pero una vez que tengo lo que preciso le doy mi propia vuelta. Uno de los primeros trabajos que tuve fue de asistente de un dibujante, Leopoldo Durañona, y estuve un buen rato con él, y una cosa que me hacía hacer era recortar fotos de trenes por ejemplo, y tenía carpetas llenas de cosas como esas. Hoy día yo busco en google, entonces miro y miro y miro, proceso, y lo que queda de eso en mi cabeza es lo que va al papel.

¿Buscás o ves arte fuera del terreno de los comics?
Como te decía, creo que veo más afuera que adentro, no sé si es por deformación profesional o qué. Ahora estoy volviendo más al cine y por suerte también estoy leyendo un poco más.


¿Qué te gusta leer? ¿Qué estás leyendo ahora?
A Castaneda, las enseñanzas, pero mirá que con la literatura no soy muy de andar buscando, si me cae bien alguna persona le pregunto qué es lo que está leyendo y le pido que me lo anote. Confío más en otros que en mí en ese sentido [risas]. Y en cuanto a cine, que se yo, me gusta lo que le gusta a todos, ahora el nombre que me viene a la cabeza es Tarantino, me gusta mucho Clint Eastwood. La última vez que fui al cine fui a ver Iron Man 3 con mis hermanos.

¿Cuáles son tus influencias como artista?
Mekanix #1 - pg 8.
Supongo que todo ¿no? [risas], no es una buena respuesta [más risas]. Ahora de pronto charlando con vos me surge otra respuesta: otros artistas. Soy alguien que toma a bien la obra de otros, me inspira mucho ver un buen dibujo, o una buena combinación de colores, y eso me da muchas ganas de dibujar. De hecho creo que ese es como mi objetivo último a la hora de dibujar, poder llegar a inspirar a alguien más a agarrar un lápiz y ponerse a dibujar.

Bueno, eso lo lograste, yo puedo hablar por mí mismo, pero me ha pasado mucho verme influenciado o motivado por alguno de tus trabajos tanto para sentarme a dibujar como para tratar de resolver ciertos problemas específicos del trabajo.
¿En serio? Uh…que bueno, gracias. Una vez me pasó que me crucé con un muchacho al que no conocía de nada y me dijo –Mirá, cuando yo no tengo ganas de dibujar agarro un dibujo tuyo (y me mostró el dibujo en sí) y me dan todas las ganas de dibujar- Y eso es lo más, ahí me siento realizado.

¿Cuándo te presentas a alguna persona, como lo hacés? ¿Le decís que sos artista, historietista, narrador, caricaturista…?
Depende con quien. Si está disfrazado de Spider-man le digo –Soy historietista, ¡hola!- [risas], pero que se yo, yo me considero dibujante, así que esa es la que uso más, con la que me siento menos incómodo.

¿De qué trabajás para pagar las cuentas?
De lo que me gusta. Dibujando historietas, haciendo ilustración o dando clases.

¿Qué le dirías a alguien que está pensando en largar todo para dedicarse a hacer historieta o vivir del dibujo?
Que lo haga. Ya que estamos hablando entre sudamericanos, ¿se te ocurre alguna opción que no sea riesgosa? Acá o tenés problemas con un laburo de mierda, o tenés problemas con un laburo que te guste. De pronto tenemos la suerte de que trabajamos en algo que no necesite demasiada inversión, debe ser uno de los trabajos más económicos del mundo, desde luego, invertir en un estudio, una buena compu, una Tablet o algo de eso son gastos, pero son cosas que se hacen una vez. Yo te puedo decir que nunca me voy a quedar sin material para trabajar, porque agarro un papel del piso, te pido una lapicera y no te la devuelvo más [risas], y ya tengo para laburar. Ariel me hizo entender mejor un poco todo esto, eso de que es mentira que vas a tener menos chances haciendo algo que te gusta, si todo es un riesgo ¿por qué no ir derecho a hacer lo que te gusta? Además, tenemos más potencial económico que todos los otros rubros que yo conozco. Por ejemplo, si sos contador vas a ganar tanta plata por mes y no más que eso, pero si nosotros precisamos plata, o tenemos tiempo o lo que sea podemos hacer varios trabajos a la vez. Yo puedo meter todas las horas extra que quiera y eso me reditúa al final.

¿Qué es lo que intentás transmitir cuando hacés un comic?
Siempre quiero hacerte viajar, llevarte a algún lugar y que no te acuerdes que estás mirando al papel. Pero supongo que lo que más me gusta es generar en otro esas ganas de dibujar y contar cosas.

¿Cuál es tu mayor satisfacción al hacer comics?
Supongo que quede bien. Terminarlo, muchas veces tengo dudas sobre si voy a terminar tal o cual cosa, por eso el hecho de verlo terminado, con todas las páginas hechas es una enorme satisfacción.

¿De ser capaz de elegir, donde te gustaría publicar? (Revista, país, editorial, no importa)
Por suerte ya lo hice, pero tengo la fortuna de haber hecho mil cosas que quería hacer. Uno de los laburos que más orgullo me da y que más quería hacer era trabajar en la revista “Hecho en Buenos Aires” que es una iniciativa de un grupo de gente donde se hace una revista y se le da a gente desempleada para que la venda, y de eso ellos se quedan con el mayor porcentaje de la venta. Eso es alucinante. Y otro sueño que tenía era el de hacer mi propia tira, yo leo mucho Mafalda y Snoopy, y eso ya lo hice también, así que me considero bastante hecho con eso por suerte.

¿Algún consejo para el aspirante a artista?
Sin repetirme mucho, no se me ocurre ni una sola razón para no hacerlo.
En ese momento toma una revista que le habíamos dado junto a mis compañeras del taller de dibujo que estaban presenciando la nota. Es apenas un fanzine donde se muestran trabajos de los integrantes del grupo, jóvenes y niños de varias edades que por primera vez en su vida ven algo de su trabajo impreso en papel. De allí Juan lee una frase escrita por Melisa Cuello, la directora del taller y dice:
Sí, esta es mi respuesta, lo que dice ella: “Algunos me dicen que no se puede vivir del arte, y yo les digo que nací para ser artista. El taller tiene ese sentimiento que explica porque nosotros seguimos adelante…somos un grupo de artistas”.

Te agradezco enormemente por el tiempo y tu predisposición para hacer la nota.
No, por favor, fue un gusto conocerte y charlar con vos, seguro que nos vamos a ver de nuevo.

© 2014 Brainstorm producciones.
© 2014 Juan Bobillo para todas las imágenes.

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